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UC - Críticas

Países: USA y Nueva Zelanda.

Año: 2013.

Duración: 161 min.

Género: Aventuras fantásticas.

 

Dirección: Peter Jackson.

Guion: Peter Jackson, Guillermo del Toro, Philippa Boyens y Fran Walsh; basado en el libro de J.R.R. Tolkien.

Producción: Peter Jackson, Carolynne Cunningham, Zane Weiner y Fran Walsh.

Música: Howard Shore.

Fotografía: Andrew Lesnie.

Montaje: Jabez Olssen.

Diseño de producción: Dan Hennah.

Vestuario: Bob Buck, Ann Maskrey y Richard Taylor.

Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.

 

Estreno en España: 13 Diciembre 2013.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Interpretación: Martin Freeman (Bilbo Bolsón), Ian McKellen (Gandalf el Gris), Richard Armitage (Thorin, Escudo de Roble), Cate Blanchett (Galadriel), Andy Serkis (Gollum), Luke Evans (Bardo), Lee Pace (Thranduil), Orlando Bloom (Legolas), Evangeline Lilly (Tauriel), Stephen Fry (gobernador de Ciudad del Lago), Mikael Persbrandt (Beorn), Benedict Cumberbatch (voz de Smaug / Nigromante).

 

LA DESOLACIÓN DE TOLKIEN

Los seguidores de la mitología Tolkien esperaban especialmente esta segunda entrega sobre el cuento ‘El Hobbit’, por ser esta la que especialmente demostraría si su gallardo órdago de dilatar la gallina de los huevos de oro de ‘El Señor de los Anillos’ estaba justificado o no era más que un brindis al sol. Lamentable y previsiblemente el resultado está más cerca de lo segundo que de la épica original con la que el realizador neozelandés asombró al público trasladando el complicado mundo de la Tierra Media.




SINOPSIS: El heredero Thorin está apunto de adentrarse en los dominios del dragón Smaug, acompañado de su compañía de enanos, del mago Gandalf y del hobbit saqueador Bilbo Bolsón, que esconde un pequeño secreto en el bolsillo. Pero antes de despertar al gran guardián, los aventureros tendrán que enfrentarse a un sinfín de peligros, incluyendo a elfos y orcos.



Si la adaptación al cine de ‘El Hobbit’ contaba ya con el peligroso precedente de la soberbia trilogía de ‘El Señor de los Anillos’, Peter Jackson consiguió sobreponer su primera entrega dotándola de una mayor infantilidad acorde con viejas epopeyas de la fantasía como ‘Willow’ (Ron Howar, 1988). Sin embargo, su continuación adolece de una bochornosa falta de inocencia que no hace si no repercutir en su resultado final, herido por una malsana necesidad de dilatación.



Comprobar que, ni siquiera una parte, sino todo el conjunto de un capítulo es prescindible para el desarrollo de una historia clásica, resulta demasiado insufrible para cualquier espectador sea o no fan de la mitología que propone. De este modo ‘La desolación de Smaug’ incurre premeditadamente en lo que en el argot se conoce como “meter morcillas” (no hay otra manera de decirlo) dando como resultado un ritmo irregularmente trágico.




UC (Manu Cabrera).

TRAILER